Queridos Apóstoles de la Divina Misericordia con María Reina de la Paz, después de
vacaciones de verano nos estamos preparando para reanudar nuestro compromiso attività.E 'todavía
la alegría viva en la reunión de junio que tuve con usted en los grupos de oración diversos.
En esa ocasión tuvimos la oportunidad de hablar, a rezar y
explorar juntos el mensaje de la misericordia divina que el Señor Jesús dio a la Iglesia a través de Santa Faustina Kowalska y el Papa Juan Pablo II.
Cuanto más nos dejamos ser atraídos dentro de este océano de la gracia y más consciente de la importancia de trabajar en serio con nuestra Madre María para la salvación de las almas y de traer a hombres y mujeres en el corazón de Cristo a través del corazón Inmaculado de María Reina de la Paz . Trae en el mundo, en nuestras familias, nuestros amigos de este mensaje de esperanza y de paz. Dios no se cansa del hombre y de Cristo a través de nuestra gente pobre, sigue buscando la oveja perdida que es probable que se pierdan para siempre en la desesperación en vez de alcanzar la paz en el cielo eterno y sin límites del paraíso que nos espera para darnos una eternidad de plenitud de la vida y el amor.
También quiero agradecer a todos aquellos que están apoyando a nuestras misiones y de invitarlos a continuar. Las necesidades son enormes. En este momento estoy escribiendo desde Brasil donde, como usted sabe, en marzo abrió una misión que acoge a los niños ochenta, trabajando con la misión de la hermana de Caritas siempre franciscanos, fundada por el Padre Urbano Pittiglio ofm casa a más de quinientos niños. Mucho de nuestro trabajo para ayudar a estos niños depende de su ayuda y su generosidad que seguramente no dejará. A todos ustedes un cordial saludo unido a mi bendición sacerdotal y la promesa de la oración constante de todos ustedes.
Con la amistad y el afecto Padre Francis M. Rizzi ofm
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"¡Queridos hijos! Oren conmigo por la paz, porque Satanás quiere la guerra y el odio en los corazones y en los pueblos. Por eso, oren y sacrifiquen sus días haciendo ayuno y penitencia, para que Dios les dé la paz. El futuro está en una encrucijada, porque el hombre moderno no quiere a Dios. Por ello la humanidad se dirige hacia la perdición. Ustedes, hijitos, son mi esperanza. Oren conmigo para que se haga realidad lo que comencé en Fátima y aquí. Oren y den testimonio de la paz en su entorno, y sean personas de paz. Gracias por haber respondido a mi llamado."
continua »"¡Queridos hijos! Hoy les traigo a mi Hijo Jesús para que ustedes sean Su paz y el reflejo de la serenidad y del gozo del cielo. Oren, hijitos, para que estén abiertos a recibir la paz, porque muchos corazones están cerrados al llamado de la luz que cambia los corazones. Estoy con ustedes y oro por ustedes para que se abran a recibir al Rey de la Paz, que colma sus corazones de calor y bendición. Gracias por haber respondido a mi llamado."
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